Todos los seres humanos contamos con un marcapasos natural, lo conocemos como “Nodo SA” y se encuentra en una cavidad del corazón conocido como Atrio. Cuando este marcapasos natural emite un impulso eléctrico, éste estimula la contracción de las cavidades superiores del corazón (los atrios). Es entonces que la señal pasa por otra región muy similar llamada “Nodo AV”. Este último detiene la señal un breve instante y la envía por las fibras musculares de las cavidades inferiores (los ventrículos) estimulando su contracción. No obstante, en determinadas ocasiones, este marcapasos natural falla por lo que el corazón es incapaz de contraerse de forma adecuada para llevar sangre al resto del organismo lo cual se traduce en fatiga, mareos y sincope (o desmayo). Resulta entonces necesario el remplazo de este marcapasos natural por uno artificial.
Un marcapasos, es un pequeño dispositivo electrónico que ayuda al corazón a latir con un ritmo constante o normal. Los marcapasos pueden ayudar a regular el ritmo del corazón y se implementan principalmente en aquellos pacientes que tienen alguna anomalía en la generación o en la conducción del estímulo eléctrico propio del corazón, por lo que el corazón late demasiado lento; también pueden utilizarse para impedir que el corazón genere impulsos o envíe impulsos de más.
El marcapasos puede estimular las cavidades superiores del corazón (atrios), las cavidades inferiores (ventrículos) o ambas y consta de las siguientes partes: un generador de impulsos, que incluye la batería y varios circuitos electrónicos. Electrodos, que se fijan a la pared del corazón y permiten la transmisión del impulso eléctrico al corazón. Según las necesidades del paciente, el marcapasos puede tener uno o dos electrodos.
Para colocarlo se realiza una pequeña incisión debajo de la clavícula izquierda y se introduce el cable a través de una vena cercana hasta el interior del corazón (NO es una operación a corazón abierto). Si el paciente solo necesita un electrodo, este se coloca en la cavidad (atrio o ventrículo) del corazón que se pretenda estimular. Posteriormente, cuando el cable esté en el lugar adecuado (se confirma mediante rayos X), se conecta al marcapasos y este queda alojado bajo la piel.
Los desfibriladores automáticos implantables (DAI) son aparatos similares a los marcapasos, no obstante son más complejos en función. Se encargan de registrar el ritmo cardiaco y, si todo va bien, sólo continuarán vigilando al corazón. Si de pronto se produce un descontrol en el corazón (arritmia) el aparato se pone en funcionamiento para intentar quitarla. Al principio emplea un tratamiento suave, de forma que el paciente puede no darse cuenta de que el DAI se ha activado. Pero si con esto no es suficiente, el aparato aplica finalmente una descarga eléctrica relativamente potente al corazón, lo suficiente como para quitar la arritmia. El paciente lo nota como un dolor intenso en el pecho, aunque en ocasiones no percibe exactamente dolor sino algún otro tipo de sensación rara.
Los motivos principales por los que se implanta un desfibrilador en un paciente son dos: o bien porque ya haya presentando una arritmia ventricular en el pasado y se le coloca el desfibrilador en caso de un episodio recurrente; o bien, porque el paciente tenga un corazón muy debilitado, especialmente si ha tenido un infarto de miocardio en el pasado, pues estos corazones son los más propensos a presentar súbitamente arritmias ventriculares. Los desfibriladores, como los marcapasos, tienen también 1 ó 2 cables que llegan al lado derecho del corazón. Todos los desfibriladores tienen además función de marcapasos incorporada en el mismo aparato, en caso de ser necesario en un futuro.
Un desfibrilador es un oficial de tránsito que impide que los conductores (o impulsos eléctricos) se salgan de control por exceso de velocidad, ya que podrían ocasionar un accidente vial y como resultado se detendría el tráfico vehicular, es decir, el corazón dejaría de latir.
Los resincronizadores son los dispositivos más sofisticados de todos. Pueden llegar a tener hasta 3 cables que llegan al corazón (tanto al lado derecho como al lado izquierdo del corazón). En un corazón normal, los dos ventrículos (el izquierdo y el derecho) se contraen a la vez, de forma sincronizada. Sin embargo, algunos pacientes con insuficiencia cardiaca presentan una contracción no sincronizada de ambos ventrículos (uno se contrae antes que el otro). Para solucionarlo, el resincronizador aplica una pequeña descarga eléctrica a los dos ventrículos a la vez, logrando que se contraigan de forma sincronizada (como lo indica su nombre, evita que en una carrera de atletismo, alguien se adelante y tome ventaja sobre sus compañeros). Por lo tanto, el resincronizador es un marcapasos (estimula al corazón para que se contraiga) pero en vez de estimular un solo ventrículo lo hace en los dos ventrículos a la vez. Como los pacientes que reciben un resincronizador tienen el corazón muy debilitado, el mismo aparato puede tener también función de desfibrilador, para tratar las arritmias ventriculares en caso de que aparezcan.
Bibliografía
Charles D. Swerdlow, David L. Hayes, and Douglas P. Zipes. Pacemakers and Implantable Cardioverter-Defibrillators. In: Braunwald E, eds. Braunwald’s Heart Disease: A Textbook of Cardiovascular Medicine. 9th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2012:chap 38.